jueves, 30 de julio de 2015

pirarse y pirárselas

Hay campañas que las carga el diablo y esa de slogan “Yo me piro a Oropesa del Mar” se presta a mucho juego de palabras con el piro (de-a-darse- a la fuga o hacer novillos) y la pira (hoguera o fuego).  Vulgaridad poco ingeniosa aunque la gente no anda muy sobrada de vocabulario y confunda eso del Pireo (puerto de Atenas) con el Pareo (que puede ser dos significados) o no tiene claro el matiz de pirarse con estar pirado, que es asunto o resultado que pueden ser dos cosas tan distintas como el pirri del porro y ambas dos del puerro.  Puestos a jugar con jergas y localismos de lenguaje, en esa algarabía o jerigonza guay tan del progre gusto popular –del populus populachero que no del partido ya que tanto gustamos del lenguaje tabernario carcelario como seña de singularidad de estar in -  yo usaría en plan cheli como idea-fuerza promocional del turismo: el me pirra Oropesa o me da pampurrias no ir a Oropesa, pero en este popurrí de ceporros, que me temo somos todos, apenas entendemos que porrusalda y purrusalda es el mismo plato y apiporrarse o apiparse no es lo mismo que emporrarse. Claro que uno se lleva sorpresas con el diccionario como descubrir que potorro es otra cosa diferente a lo que yo me pensaba era su otro nombre.
Entre pirarse y pirárselas hay un fallo de mensaje que no solo es una falla de cortedad intelectual que todo lo degenera en rifas y sorteos a modo de falla burlesca pro captación de visitantes; luego viene el follón del fallo (opinión-juicio-reacción)  del público en esos comentarios pro y contra que muestran la guerra civil entre autóctonos y visitantes que andan en plan agua y aceite con relación amor-odio, demostrando que todo es tirar dinero a la escombrera. Falla y fallo que tampoco coincide con eso que se come con fatatas por farfullar un slogan en plan reclamo. Lo dicho “el turismo es un gran invento” que ya está inventado no os devanéis la sesera con campañas ahuyenta gente; antes funcionaba el boca a boca como efecto llamada inmejorable.




  Con la edad coincido con mi padre que tenía por cándido-inocente a quien por buenismo bovino daba por supuesta la inocencia del prójimo; no era por no aceptar la presunción de inocencia sino por no creer en la casualidad de las causas y porque sabía que también hay tanta acción como omisión culposa en las maldades pues barruntaba eso del cómplice necesario, el encubridor por silencio o necesidad, el que se beneficia de la pedrada ajena, el inductor o colaborador ciego de conveniencia o tuerto mirando solo por el ojo a la parte de la ley del embudo; por no hablar del tonto del c… y de las JONS, que abunda más de lo que parece.
 Hoy el ABC reitera eso del IBI urbano indebido que ya leí en EL Levante y repite lo que ya expuse sobre que el BOE abre la puerta a corregir una flagrante injusticia.  Arbitrariedad abusiva que aunque fue derribada por Sentencia hace años, sigue su reparación ignorada e inaplicada rozando la prevaricación doliente de quien sabe lo que hay  y no corrige. (Ejemplo: mi Escrito  planteado ante ayuntamiento sobre cobro IBI urbano indebido presentado 29 junio 2014 sin respuesta hasta la fecha) Ya saben, eso de los Algarrobos de Oro en un solar declarado a un terruño sin luz, agua, acera ni alcantarilla, que, a mayor coña,  lo sitúan en Calle Desconocida para infame cobro tributario esquilador. Lo pasmoso del articulista es que pone en duda el proceso de restitución del Derecho ciudadano presuponiendo la desidia municipal y recomienda impugnar recibos diciéndonos “EL TRIBUNAL SUPERIOR DE LA COMUNIDAD VALENCIANA APLICA DIRECTAMENTE ESA SENTENCIA DEL TRIBUNAL  SUPR EMO AUNQUE CATASTRO NO HAYA HECHO  EFECTIVA  LA  MODIFICACION.  ¡Olé  los  güevos  de   los   funcionarios y políticos locales que juegan al Silencio Administrativo sabiendo de antemano lo insostenible de su inacción! Vaya Pim-pam-pum que se traen con los vecinos estos servidores públicos de pacotilla.
Parece un mal sueño kafkiano donde una caterva político-técnico mercenaria va a la suya contra ley y contra la gente, confiados en que nadie pelea contra una pared de silencio.
  Siempre he dado por descontado la indigencia resolutiva de problemas entre la gestión política local del color que sea, bien sea por la falta de talla, limitación de facultades o competencias, cortedad de alcance en miras e intereses, e indiferencia ante la problemática que no les es útil para el granero de votos. Dije a uno de esta localidad que, a mi edad, el futuro de ser agraciado con un cáncer, Alzhéimer o Parkinson no me da tiempo, paciencia ni esperanza como dilatar soluciones a mis males en espera de la ruleta electoral cuyo resultado me es irrelevante e indiferente por cuanto no veo que forme parte de la solución los mismos que son el problema. Oigo ruido de maquinaria montando andamiaje de toros y vacas, se me anuncia noches de insomnio a cargo y cuenta de esos mis tributos y aun me piden que acepte eso de que el carácter retroactivo no se aplique cuando toca devolver y se mantenga lo del recargo e intereses de mora o demora a la hora de pagar. El amargor del asunto no es el desamparo y soledad de quien se enfrenta sin otro staff de ayuda que si mismo, la hiel consiste en la cerrazón obstinada a dar solución, dilatando y torpedeando trámites para fatigar al reclamante. Ante esta maldad:Pienso a menudo en eso de que amargan los pepinos cuando entran por donde los supositorios.      

La Mentira y la Memez, por más que se repitan millones de veces en plan disco rayado no pasan por ello de ser engañifa y soplapollez a ser razones válidas en argumento, aunque tengan muchos adeptos haciendo coro y claque.
 Patidifuso, obnubilado, estupefacto, pasmado y alucinado, asisto cada año al ceremonial de la confusión por la que los políticos me quieren hacer creer que las fiestas patronales son para los turistas (en honor de San Jaime dice el cartel oficial) en Julio y para los del pueblo (La Virgen de Paciencia) en Octubre. Dice uno, quizá con palurdo acomplejamiento ante los de ciudad, que así se les enseña a los de fuera como es un baile de pueblo, unas vacas y otros tipismos de aldea. Me veo disfrazado de “tipical orpesí” al berlanguiano estilo de “Bienvenido Míster Marshall” para regodeo-perplejidad de los visitantes madriles-veraneantes y emigrantes residentes, haciéndonos participar de obligada comparsa y disfrazados folclóricamente –la corte de damas ya acostumbra el disfraz campero andaluz para ir a vaquillas, aquí, en tierras de Valencia- en este batiburrillo de mezclar el santoral católico con lo del turismo, pues sigo sin entender ese veraniego calendario de homenajes al turista por San Juan-San Pedro-Virgen del Carmen-Virgen de la Asunción y ahora San Jaime de quien, por cierto, pocos de esos turistas identifican como Santiago Apóstol por evidente desconocimiento semántico fuera del chistoso Jaimito.
 Andamos en alucinación mental colectiva sin necesidad de tomar pastillas, ni mojar morrito con líquidos de alcohol desinhibidor, pues se confunde deseo y anhelo con la realidad cegata que se quiere interpretar, miopes de avaricia por aquello de esquilmarlos (a los turistas) bajo trampas llamadas “ocasiones de gasto” lo que lleva a decir al inefable Concejal festero “que los del pueblo trabajan” metiéndose en jardines de beneficio para la economía local al forzar el visitar al pueblo los turistas, que abandonan la playa bajo anzuelo de las vaquillas. Lástima de análisis sin seso ya que no se cavila que el gasto en tenderetes y chiringuitos importados no redunda en comercio local en zona desierta de negocios, de laberintico aparcamiento y pese al eufemismo de titularlo “Encuentro Toros y Tapas” el chiringuito de asfalto concita menos clientela que uno playero. El remate vecinal viene del juego de señales, vallas, notas en parabrisas donde la autoridad insiste en eso de la calle es mía porque para un breve y efímero Correfoc (pasacalle tirando cohetes) se pre-avisa del éxodo de coches a mover, fugándose de la calle en plan patera sin rumbo ni destino, sacándolos de por donde pasará esa cabalgata tan ruidosa. Incordio leve comparado con bailes, saraos y disco-móviles donde por cierto se mezcla Juventud- Fiestas a eso del turismo en botellón oficial. ¿No hay otra forma de festejar o conmemorar más que con la exasperante repetición de molestias y ruidos machacando a solo un sector urbano de población?
¿Qué pito toca San Jaime en este montaje de cada año?  Esto no madura porque no se quiere y no lo mejora ni los de fuera. Véase cartel Institucional bajo etiqueta de Actividad Pública, resultado de la campaña YO-me-piro-a- Oropesa del Mar (inmejorable pues regar el cactus es una razón de peso para confundir maceta con Naturaleza).  ¿será el calor o lo que en la legión llamaban darle el Siroco o la Cafard?




La inoportunidad o el exceso se bastan para arruinar la bondad de cualquier acción. Ignoro quien pensó programar un correfoc (pasacalle cohetero) por San Jaime (5 días de festejos) pero seguramente sería llevado por esa vanidad o vanagloria del que opina eso de ¡Pagando, Mandando! y no se paró en barras ante los efectos colaterales de su idea.
   Sobre las 2000h los agentes se afanaban en conseguir despejar de coches la calle. Mala hora por calor y por aglomeración de asistentes a las vaquillas en momento con gran densidad de coches en la zona. Agradezco el sentido común de bastarles con un solo sentido de la vía pública, cuya anchura posibilita que eso sea seguridad suficiente aunque ello implica cortar la salida desde la Playa donde se hacinan decenas de millares de personas atrapadas en laberinto buscando salida (dos entradas con una salida donde taponar todo con barreras y aglomeraciones).
   La vista de tanto afán en poner barreras y cintas de acotado entre tanta afluencia de gente me alucinaba. No puedo evitar pensar en aquella tripulación que recibe orden de abrir un agujero de desagüe para achicar el agua que entra en una brecha por el otro costado.  Sobre las 0040 (cuatro horas después de quitar los coches y despejar la calle) pasaban 4 tíos echando chispas aullantes con silbido toca pelotas u orejas, irritante para los perros domésticos hoy llamados mascotas, y, todo ello, acompañados silenciosamente de algunas centenas de personas grabando en pasivo selfie el despiporre de chispitas. Efímera y superflua procesión laica que pretende dar color y calor popular de asistencia a un acto promovido desde por-para- y desde arriba.
Por cierto, al apagar el alumbrado de la calle para mejor visualizar las chispas sentí el alivio sicológico de pensar que hacia menos calor pues la noche sin farolas (tantas) se agradece.

Anunciada la inevitable noche gamberra de ruido musical, que amenazaba disco-móvil toda la noche hasta la amanecida, decidimos auto exiliarnos por un día y para ello abandonamos el pueblo yendo a dormir a la Capital. Se trataba de evitarnos tanto el ataque de nervios e irascibilidad como el riesgo de un divorcio-exprés con viudez colateral por efecto de tirarse los trastos a la cabeza como consecuencia de un mutuo reproche de culpa por malvivir en una casa sin defensa contra gamberrismo sonoro; Sea viudez auto inducida o provocada de una parte sobre otra, eso de reñir en casa por causa de convivencia dañada por el ayuntamiento está tan feo y tan castigado  como lo de desear vengarse y “encorrer” a tomatazos a la Banda de música  que sigue a la comitiva consistorial en su deambular tras la Reina y sus damas por no meterse en líos con las autoridades.

Ciertamente fue un acierto irse del pueblo y reconciliarnos con la humanidad viendo a los ciudadanos de capital ir de normal por la vida sin agredir a los demás, recibir amabilidad y calidad hostelera, calor sin agobio de ruido y por estar la urbe semivacía prevalecía las ventajas urbanas sobre el incordio vocinglero de la muchedumbre.  Ya pasó todo, pero sigo sin ver el porcentaje de gente que justifica tanto gasto y tanta floritura festera convirtiéndonos el entorno residencial y tu vida diaria en un como para ir a mear y no echar gota.