miércoles, 28 de septiembre de 2016

eventos históricos locales

Rememorar y conmemorar el pasado histórico orpesí
       Bien está cuanto se haga por mantener memoria de nuestra historia local y debo saludar al Concejal que promueve el esfuerzo municipal de recordar el pasado orpesí al engalanar el castillo con motivo de la fiesta del 9 de Octubre (Día de la Comunidad Valenciana) aunque conviene divulgar y explicar la simbología para ahorrar esa confusión innata a la gente poco formada y menos informada, pues algún vecino ya toma este ornato por conmemorativo del asalto berberisco sufrido en 1619.


    El 9 de octubre se conmemora la rendición de la Ciudad de Valencia musulmana a la hueste cristiana de Jaime I en 1238 y, aunque se tenga por fecha culmen de la reconquista lo cierto es que este proceso duró varias fases, en doce años desde 1229 a 1245 e incluso más.
Para Oropesa ello le supuso una ocupación cristiana en fecha incierta de 1233  tras la caída de Burriana (mayo-.julio) de cuyas resultas todas las posiciones musulmanas del norte valenciano hasta Peñíscola cayeron, pacíficamente por rendición, durante el resto del año sin que sepamos ni el cuándo ni el cómo ocurrió, pues es tan posible que Orpesa se rindiera como que fuera ocupada por abandonada, pero si es posible afirmar que no debió haber lucha pues ni se conserva Pacto escrito de capitulación. Cualquier intento de recrear aquellos hechos es una voluntarista ucronía con riesgo de caer en anacronismo y aunque digamos aquello  de se non è vero, è ben trovato; a falta de datos coetáneos el llamado Pendón de la Conquista (bandera de rendición musulmana en la Valencia de 1238) es apropiado al caso aunque meterlo en escena para Oropesa es inexacto ya que este Pendón surgió 5 años después de la reconquista cristiana de Oropesa. 
Si es de pleno acierto y totalmente pertinente incluir la Cruz que como escudo de la Orden del Hospital, también llamada de San Juan de Jerusalén (actualmente Orden de Malta) que tomó posesión de dominio señorial sobre Oropesa hasta 1249 y es dato de lo que hay constancia documental en el Llibre dels feits -crónica autobiográfica de Jaime I donde se relata su paso y pernocta por Orpesa allá por 1237 y 1238- aunque por hablar del grao (embarcadero) nos deja la duda razonable de no poder discriminar si se nos habla del actual asentamiento de Oropesa o el de Orpesa la Vella.

La simbología va más allá de la estética y la cosmética, del color que mueve al simplón juicio de decir de algo que es muy bonito y encandilar la sensibilidad epidérmica de la gente pues todo tiene significado que no se debe malbaratar en folclore o tipismo de esos tan usados ceremonialmente pero en los que tantas veces se malogra culturalmente una efeméride histórica por quedar oculta bajo un artificial disfraz de costumbrismo local en puro sainete.

En 2011 propuse al consistorio conmemorar el bicentenario del asedio francés al castillo y tras varios capotazos oficiales del tipo “habla con tal o con cual” pude percibir el absoluto desinterés consistorial fuera del humo y ruido festero para halago de noctívagos. Fue un carrusel de frustración por cuyo desdén me llevaba de concejal a funcionario sin apenas oírme el proyecto, hasta que desistí de plantearlo no sin antes decirle a la Concejala “donde no hay calor no se obtiene color”. Frase que ni atendió ni entendió, quizá ofuscada por esa cretina actitud de no aceptar idea cuya paternidad haya que compartir sin ver el objeto de buscar un beneficio general.

En 2013 fue 6º centenario  de la Orden real para erigir la Torre del Rey; en 2014 era 50 aniversario del regreso definitivo de la Imagen de la Virgen de la Paciencia tras varios siglos de ausencia; en 2019 serán 400 años los transcurridos de aquel asalto berberisco a la Vila en 1619. Excelentes ocasiones para dar calor y color a un vecindario que necesita encontrar arraigo, sentido y orgullo de pertenencia a una comunidad mediante la aglutinación y participación conmemorativa en actos superadores de esa espiral de eventos, bailongos ruidosos y botellones en  el que nos sostenemos todos los años engatillando gastos y derroches.