miércoles, 17 de junio de 2015

Todo pasa, todo queda pero lo nuestro es penar

El tiempo muerto de ellos es vida para nosotros.-
Se atribuye a Romanones la inteligente interpretación de la praxis y posibilidad política real cuando a la vista de las reformas que le iban a imponer los opositores a una propuesta de ley que como gobierno presentaba, dijo algo parecido a que le era indiferente todos los cambios que le colaran sus adversarios mientras solo él fuera quien aplicaría la ley, haciéndolo con los reglamentos gubernativos suyos que la desarrollan. Andamos en un grato tiempo muerto de la política mientras se cocinan las alianzas y pactos para ver quién manda en cada corralito; Como no hay mandamás definido no hay murga de personajes figurando en foto a todas horas, o peor, haciendo declaraciones como perejil de todas las salsas, que es el cotilleo periodístico torturante de cada día. Mejor aún, nada se mueve y no hay producción de normas, ordenanzas, tasas, arbitrios, ideas geniales, gastos compulsivos, etc. Sería perfecto de no  ser que el cobro de Impuestos está automatizado y va solo aunque no mande nadie.
Todo me recuerda al chascarrillo italiano que dice vivir la gente mejor y más feliz cuanto menos funcione el gobierno ya que así solo hace falta enfrentarse a los propios problemas y no a los que se crean de nuevos como añadido. La foto es de un premio cántabro que refleja una inteligente idea sobre el tiempo muerto que permite valorar el paisaje real. Lástima que nada dure lo suficiente.


El mundo trilero y el imposible cambio de peinado.-  A veces me siento en un mundo trilero donde solo nos cabe el papel de comparsa como mariachi y en cutre…me restriego los ojos para releer el cambalache de reparto de pastel eufemísticamente llamado negociaciones y pactos post-electorales. Eso de ofrecer una u otra concejalía a cambio de ser nombrado está poniendo en evidencia donde está la molla y la chicha del tentempié municipal. Lo de, a cambio de apoyo, ofrecer un asesor es de nota pues se compra adhesión bajo un sueldo canonjía… que pagaremos los demás y si encima la asesoría no es vinculante pues eso… todo consiste en cambio cromos por manos libres.   Juego de deshojar falsamente la margarita y tiempo perdido para todos. 
El equipo de mendigos en plantilla externa habitual del hipermercado mantiene una dignidad profesional y corporativa más encomiable y previsible que todo el mundillo político de las aldeas pues parece como si el corpus de aspirantes a ocupar sillón solo aspira a figurar aunque sea por minutos sin importarle que se enfríe la poltrona para poner la propia posadera . Yo ando pagando recibos IBI y tan solo aspiro a poder seguir haciéndolo el año que viene hasta que me llegue la hora de acudir al valle de Josafat (no sabéis que es el sitio donde nos veremos todos al final de los tiempos).

El papelón de comparsa mariachi.-Con la calva espeluznada ante el cruce opiniones vertidas “in face-book dixit” de reproches, dimes y diretes, argumentario y demás razones “traídas a cuento” por cuenta de la “investidura” del nuevo consistorio  - para eso que ellos llaman legislatura (menos mal que no pueden sacar leyes porque apañados iríamos todos)- quedo boquiabierto y trepanado pues se me ha producido una “des-vestidura” en la mente que me lleva a proponer solemnemente una moción vecinal urgente: 
   Vista la veta del indistinto y variopinto voto que nos aflora con estos hooligans locales, de estado de opinión tan elaborado y elucubrado: Que nos quiten el mando y pongan, de hoy para siempre jamás, el auto gobierno local bajo una concejalía de cualquier capital que quiera anexionarse un barrio playero-residencial como es esto que lo parece a veces, según se quiera mirar y en donde. Como barrio de una capital simplificaríamos mucho de este pasar y penar por la vida que supone ver la gestión empresarial de un presupuesto mucho-millonario, llevado y traído a la cuenta de la vieja pero con menos maña e ideas que la proverbial habilidad  de cualquier buen comercial en un chiringuito de mercadillo. Lamento decirlo pero así lo veo, así lo creo.

La vida sigue igual (pasar y penar de los de siempre).-

Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba. Toda una frase de filosofada hermética atribuida a Hermes Trismegisto, en ese resbaladizo terreno entre la espiritualidad, la religión y el esoterismo, con todas las dosis de superchería que se le quiera añadir (eso de Hermes es algo más que una marca de bolsos femeninos) y es que en materia de creencias “a pies juntillas”  hay tema, materia, y gente p’a tó. 
Confundir el Todo con la Unidad y la uniformidad con la igualdad de los componentes de sus partes es el insuperado dilema de la gente opinando de todo siendo que apenas diferencia un telescopio de un microscopio y mezcla la macroeconomía con microeconomía, grandes males con pequeños remedios, vendas y pomadas con medicamentos y jarabes mientras se pone indistintamente las gafas de lejos o las de cerca para mirar porque no sabe adónde poner la vista de su atención al problema.
 Traigo a contrapié la parrafada cuando veo como se acomete la tarea de gestionar y regir un municipio atendiendo prioridades de escasa relevancia, calado o nivel de respuesta a los problemas de fondo. Comprendo que hay que dar alpiste a la masa miope para hacerles sentir que están en buenas manos, pero como los años pasan y mi futuro se reduce, también desaparece mi esperanza de ver ni solución, ni respuesta o alivio a mis sinsabores vecinales ya que esto más que una comunidad dirigida hacia un fin como un colectivo social parece un regimiento mandado por rancheros y furrieles discutiendo la hora de comedor para compatibilizarla con el futbol de la TV, bajo un coronel que atiende al conjunto como si fuera una suma de estadillos numéricos y papeles a cumplimentar en horario de oficina.  
Llevamos 40 años de municipalismo democrático sin muchos logros colectivos de los que presumir como localidad, cuando nunca se han manejado presupuestos como los de ahora, y me maravillo cuando solo oigo hablar del tren turístico, mosquitos y cucarachas, pasarelas y mobiliario playero (duchas o lava pies, arena o césped, algas o medusas por la orilla) ruta del gin tonic o del sabor, huerto urbano y toro embolado con disco-móvil o esa estúpida etiqueta de interés turístico para cualquier chuminada que se venga a la neurona. No tengo intención ni ánimo de criticar señalando a nadie por lo que es vicio generalizado (peor fue aquello de proponer localmente cruceros interplayas o campos de juego en el inundable cauce del barranquet que parecían fruto eufórico o brain storming a nuestro estilo, tormenta de ideas de una buena sobremesa) pero duele ver que nadie afronta el deslavazado tejido asociativo y social como “reparación de urgencia” y como se quedan los desaguisados, pisotones y avasallamientos como inventario al olvido en trapisonda anónima.
A veces me parece estar reviviendo la parte didáctica de los teleñecos que enseñaba a los niños a diferenciar eso de arriba-abajo-dentro-fuera-delante-detrás y no dejo de reírme cuando veo los temarios para opositar a sepulturero comparados con los requisitos exigibles que se precisan para ser concejal. De partidas de gasto, objetivos o análisis de resultados, ni comento, porque mi papel que es de abajo sin parecerse a lo de arriba se limita a pagar sin rechistar aunque opine en voz alta solo para mi capote.   


martes, 9 de junio de 2015

yerros de los hierros del urbanismo

Los yerros del hormigón.- Si alguien acometiera la historia de nuestro presente debería colegir que el fracaso de Oropesa como localidad se debe en gran medida a su Urbanismo o, por mejor decir, su No-Urbanismo practicado de varias décadas a esta parte. No es cosa de buscar culpas ni culpables pues a fin de cuentas todos tenemos responsabilidad en el desaguisado: unos por su papel de incondicional servilón del que manda, otros por su dirección errática y pueril, sin la menor visión de futuro ni el menor acierto por la cortedad intelectual de todo lo que se planea y acomete; todos por boba complacencia aldeana hemos llevado las cosas a donde están ahora mismo. Hierros del hormigonado y yerros de objetivos comunales que han descoyuntado una localidad al punto de colocarla en una antología del disparate como mención y síndrome aparte como lugar de desarraigo y frustración residencial sin salidas laborales.
Omitiré juicio acerca de la cualidad y calidad del equipo técnico dedicado a esa tarea, llamada “ordenamiento territorial” de forma sui generis, pues no trata de poner orden sino de “ordeño y ordeno” el suelo para convertirlo en solares edificables y me abstraeré de juzgarlo tanto por sus hechos como por el claro desbordamiento y desnorte de las tareas que se acometen o planean. Llevamos muchos años de errores y abandonos por el cerril y obstinado empeño de querer construir un destino turístico en vez de consolidar una ciudad. Nadie tiene una idea clara de futuro fuera de esperar el maná que caiga del cielo, que solo se basa en la afluencia de foráneos sobreestimando su influencia económica sin valorar otras fuentes de producción de riqueza, quizá presionados por un ambiente social enfermizo y confuso donde se entrevera y confunde lo particular con lo comunal, lo turístico con lo inmobiliario, el empleo y la ocupación con el monocultivo del ladrillo y la construcción de edificios como todo posible esfuerzo-tipo de cultura e infraestructura sin pensar en dotaciones y servicios necesarios y  mucho menos a cultivar el verdadero Urbanismo que no consiste en poner suelo a disposición del mercado inmobiliario bajo la sandez intelectual de llamarlo desarrollo, ni a asegurarse una trama tributaria urbana que suministra de dinero inacabable a la manirrota munificencia electoralista de los políticos, tampoco consiste en diseños a la carta de una ciudad para especulaciones o ensueños empresariales que apenas conducen a nada concreto fuera de generar expectativas de negocio gremial inmobiliario bajo el anzuelo de dar peonadas a la gente.

  No se trata de lamentar el pasado en plan “Menosprecio de Corte y alabanza de aldea” pues no hay vuelta atrás para recuperar ni paisaje ni aquel encanto del tipismo de antaño, pero es hora de enderezar mucho y corregir bastante,  no digo ya eliminar la cochambre de chicles y pegatinas por doquier del callejero o dejar de confundir el amontonamiento de cachivaches por esquinas y aceras con el mobiliario urbano; confundir aparcamientos o arcenes con terrazas donde ubicar mesas y sillas de ocio hostelero cuando no de asumir el fracaso poblacional de un caserío con callejero anárquico, basado en urbanizaciones dispersas a lo largo de 13 km lineales, sin barrios definidos, cuya potenciación y especialidad residencial muestran innegables fracasos como es el casco histórico o poble antic, desierto habitacional y comercial que no despierta por mucha zona peatonal que le circunvale en una imposible visita. Mientras se hable de solares edificables y no de barrios, de turistas y no de residentes, de festejos y no de fuentes económicas de producción, de peonadas y no de puestos de trabajo o actividad laboral dimanantes de una sociedad civil robusta esto no saldrá del bucle entre los hombres de Paco y los hombres de Rafael. Mientras tanto llevamos décadas fundiéndose centenares de millones de euros sin que nos luzca algo más que las farolas y los faralaes de eventos, procesiones y pasacalles cuando resulta difícil señalar a un forastero el camino más recto para ir a alguna parte dentro de este fenómeno urbano de dos entradas, una sola salida
(véase jeroglífico itinerarios propuestos por google maps para salir desde la Torre del Rey). 

martes, 2 de junio de 2015

Manca finezza

No sé si reír a carcajada batiente o llorar de risa, dar gracias a los dioses o soltar un exabrupto, rebuznar una cuchufleta o soltar un rugido: Acabo de recibir en 2015 una Notificación de Alteración Catastral justificada en una variación que se produjo en 1974 y por la que ahora el Ayuntamiento se asienta y me descuenta los m2  que se me han cobrado tributariamente de más desde hace… ¡41 años!  Aunque estamos en la Villa bajo patronazgo de la Paciencia, debo decir que en este periodo ha pasado por mi vida: Un cambio de Régimen, 3 Jefes de Estado, 5 Papas, Tropecientos políticos entre Gobiernos, Alcaldes y Concejales (incluyendo los de Urbanismo) y alguna unidad-¿pensante o pasante?  entre técnicos y funcionarios como servidores públicos a los que, como vecino bobito y bebito, estoy indisolublemente unido en la desgracia de ser vecino sujeto-pasivo de esta Villa embobada con los visitantes y madrastra con sus hijos.
En mis 61 años he constatado la incapacidad oficial de hacer algo a derechas sin tener la mano izquierda o sin pisar ni dañar un callo ajeno, ya sea por temeridad de acometer lo que les desborda o porque se les trae al pairo la faena bien hecha cuando de súbditos se trata y solo es el pensat i fet lo que importa.  Diría aquello de que nunca es tarde para arreglar algo pero no dispongo de otros 41 años para ver la solución de alguna otra trapisonda vuestra de las varias que me queda pendiente por ver resueltas en esta vida terrenal. Os emplazo a la vida futura para seguir con ello y un consejo no pedido que me permito daros: Si queréis reconocimiento no sobra añadir a los arreglos-remiendo alguna petición de disculpa porque los pisotones pueden ser casuales y fortuitos pero sin una educada excusa son agresión y motivo de pelea.    Estoy harto de vivir entre tanta chapuza.

¡Gracias chaval! .- Hoy, me aborda por la calle un joven alumno del Instituto para saludarme y decirme que le agradó la charla divulgación de historia local que les di el día anterior por gentileza de su Dirección, al programarme como actividad extraescolar no docente. Aunque quería centrarla sobre el asedio francés de 1811, confieso que me dispersé en generalizaciones sobre las fuentes de investigación histórica de las que saco las noticias para divulgar el pasado histórico de esta localidad. Siempre me queda la desazón de pensar que el “ladrillo” pueda resultar indigerible para unos jóvenes, bien sea por mis limitadas aptitudes, sobrepasar su nivel de estudios dándoles por supuesto que lo van a entender o por el batiburrillo de datos en extenso en que suelo caer bajo el entusiasmo de querer contarles muchas cosas para despertarles la curiosidad por el conocimiento de materias que, en apariencia, no les sirven para ese futuro personal de búsqueda de salida profesional y económica al que parece reducirse todo objetivo deseable en la vida.

Le he agradecido sobremanera su delicadeza en hacerme llegar su impresión y juicio pues le he dicho lo importante que es el feed-back para poder corregir, mejorar o variar, todo trabajo en función del resultado que produce en los demás.  A veces me sonrío de ese discurso de los políticos cuando en su excusa se nos dice “Quizá, no hemos sabido explicar…”. Lo que no le he dicho, y si le agradezco aun más, es lo gratificante que su gesto me resulta personalmente pues le adivino que en su futuro, por dificultoso que sea, no se detendrá en cubrir y conformarse con el peldaño básico más simple de esa pirámide de Maslow donde se nos explica la jerarquía de esas necesidades humanas cuya falta produce la infelicidad general de muchos que no acaban de entender que la vida es algo más que economía y éxito.   

La estupidez de silbar.- Frenopatía y nefropatía  se parecen pero no son la misma enfermedad pues una afecta a la cabeza (debajo de la boina por dentro del hueso y/o cerebro pensante) y otra al riñón. De niño púber pre-adolescente asistí con mi abuelo a un estadio de futbol por primera vez. Llevado del ambiente comencé a increpar al árbitro repitiendo improperios al abrigo de la masa. Mi abuelo con cara de enojo me dijo “no me gusta que seas y actúes así”. Me bastó con ver su mirada  reprobadora y hasta hoy nunca ha hecho falta decírmelo otra vez en ningún sitio ni ocasión por mucho ambiente que me incite a ello. Mis ancestros familiares de sangre me enseñaron a buscar y no perder nunca el auto control de gesto y actos como conducta personal a seguir sin saltarme nunca reglas de comportamiento por calentón o apasionamiento, ya sea en excusa por una euforia o por desgracia ambiental, ni diferenciar las reglas del buen estar, tanto en público como en privado, ya fuera en ambiente de confianza, indiferente u hostil, solo o acompañado. Los agravios y quejas los resuelvo individualmente poniendo la cara por delante y la firma al final del escrito porque me enseñaron a no escudarme en colectivos y gimoteos de todos a una para después implorar que no paguen justos por pecadores si vienen mal dadas las tornas.

Manca finezza nos espetó un político italiano cuando visitaba España y observó cómo nos maltratábamos unos a otros. Algunos traducen por falta finura pero no es solo delicadeza lo que falta sino lo que en el norte de África en español moruno se llamaba “saber manera” y aquí se decía “saber ser, estar y comportarse”, Valores de antaño mamados en la cuna enseñando a manejarse por la vida con Respeto, Elegancia y Señorío,  guardando genio, gesto y figura hasta en la sepultura. No ofende quien quiere sino quien puede aunque siempre que ocurre lo mismo, sucede lo mismo, pareciendo que jugamos como niños a provocar al adulto jardinero con lo de la manga riega que aquí no llega, fiados de que el adulto con su cordura y mesura juegue cómplice a amagar pero no mojarnos en nuestro juego y salir impune haciendo risas: Que una masa cerril y bronca político-futbolera confunda protesta con ofensa cabe entenderlo en su bucle mental por su definición de irracionalidad inherente a lo gregario pero lo insufrible y doliente es que se repita el coro de gañanes encorbatados, que supuestamente pastorean los pastos donde pace el montaraz rebaño silbante, poniendo palos en las ruedas de reacción o prevención de grotescas astracanadas colectivas, que van de abogadillos del diablo siempre aliados con el agresor pidiendo que no se reaccione en caliente, que se analice los motivos de la gamberrada para comprenderla y disculparla, que se les dé paraguas de libertad de expresión como amparo y derecho, que …y que somos ridículos si queremos evitarlo o adoptar cualquier medida disuasoria. Convendría recordar que agotando la paciencia y desquiciando al jardinero sacándolo de sus cabales el manguerazo que se puede recibir no solo es de agua sino de colleja en hartazgo de tanto incordio infantil. Y es que la elegancia es un arte que no está reñido con el respeto y la educación hasta para mostrar enfado o repulsa. Yo aprendía ajugar de masa en un equipo de rugby allá por los 70.