jueves, 16 de mayo de 2013

es por el fuero y no por el huevo


Por Huevos y A por huevos, lo de menos es cumplir el fuero
    Seguimos bajo aldeano síndrome de bloqueo social pues vamos al futuro como el cuento de la lechera, borrachos de auto engaño en Empanada mental colectiva, perdidos o dispersos por el laberinto creado entre deseos y realidades.
    Hace tiempo que se confunde turismo y visitante con gallina de huevos de oro, que no se quiere ver y llamar las cosas por su nombre evaluando lo que hay por lo que se ve y no por lo que se desea, adecuándose a esa realidad para adaptarse a ella y mutarla en ventaja o beneficio. Fuera de la emigración laboral y la segunda residencia, más o menos de larga temporada, apenas hay nicho de mercado potencial durante más de los 2/3 del año para nada diferente y las opciones de futurible son muy magras por mucho que se ansíen y esperen. Hora es de pensar más en los que están que en los que están por acudir al reclamo y ponerse a trabajar con los mimbres que se tienen si se quiere hacer cesto para huevos y no quedar siempre en leche derramada por el suelo y sin provecho.
   Confundir el huevo de zurcir calcetines con el de gallina es algo grosero pero posible ya que se da a menudo entre gente con problemas de  miopía o cortedad en vista intelectual. El andar siempre buscando los huevos de oro tiene esas cosas, pues las anteojeras tienden a no dejar ver más que un solo punto y ver una futura despensa solo en  sus sueños, tomando como alimento a las golosinas aparentes tales como huevos de pascua (comestibles algunos pero pintados todos) y tomarlo todo como promesa paliativa donde solo hay o matrioskas de madera (muñecas rusas) o bolas huecas, e incluso esos placebos para niño de plástico o chocolate envuelto, con sorpresa de muñequito infantil dentro.
   Hay huevos de gallina, de avestruz y de serpiente, nunca se sabe lo que se incuba realmente pero el ser humano tiende a dar por fruto del huevo cualquier acto visceral en imposición de su santa voluntad frente a los demás y su fuero. Que poco tiene que ver eso con lo de echarle huevos a la cosa, poner los huevos encima de la mesa, o el más de aquí: els collons son pera les ocasions.

   Sigo alucinando del reparto de dinero público para campañas mercantiles, privadas y sufragadas, de rifa, sorteo y lotería, sea coches sea lo que sea pero con mi dinero contribuyendo a ello por mandato político,  en beneficio de asociaciones civiles sectoriales locales que debieran auto financiarse sus iniciativas mercantiles, no disfrazando su lógico objetivo de lucro presentándose como campañas oficiales de turismo y fomento del consumo. ¿para cuándo un sorteo comunal que nos regale el pago de impuestos anual a quienes pagamos de todo y por todo, a todos y para todo? Llevamos cuatro años contribuyendo comunalmente a las iniciativas tontas de quienes no aciertan a dar la solución efectiva a sus problemas sin entender las causas reales de su propia crisis, no buscando remedio per se como otra cosa que no sea inyectarse dinero público para sus ideas. Y todo sube  en ingresos menos el sonrojo y el rubor colectivo por los desatinos y flatos del gasto porque somos nuevos ricos y nos prometemos perdices para siempre olvidando que la carnaza se acaba.

   Sobre huevos como gastronomía y güevos como comportamientos, tenemos frases de todo los gustos.- Hay huevos rotos, escaldados o escalfados, pasados por agua, cocidos o duros, fritos e incluso podridos (huevos chinos de esos llamados de 1000 años) o crudos, para saciar el hambre pero aunque el refranero dice que no se puede hacer tortilla sin romper un huevo, se ha inventado lo de la de-construcción de la tortilla y toda excentricidad es poca para imitarla como si fuera remedio y bicoca. Andamos liados en experimentos culinarios de cocina que no de culo y, en esas, las de engañar la vista y el paladar (pagando un huevo por ello) se basa tanto la nueva cocina como la forma generalizada de regir asuntos comunales y cumplir el propio ordenamiento en contrafuero según convenga a pesar de existir dictámenes de Tribunales y sentencias, inoperantes cuando nos contrarían.
   Veamos algún mosqueo sobre la realidad percibida, ¿Por qué se acata y no se cumple un mandato judicial imperativo cuando el obligado es uno y no otro? ¿Por qué se reabre al público la libre circulación por una zona comunal que fue privatizada anormalmente en su parte hacia el mar y no sobre la parte hacia la montaña que continua con barreras de bloqueo al paso? simplemente porque nadie quiere, ni le importa, que rija el fuero o el principio de igualdad legal sino que tan solo importa el sostener compromisos con quienes interese o convenga frente a los demás damnificados o perturbados en sus derechos, antes que la defensa de un principio.
    Así nos va, incubando la serpiente con la sola moralidad del triunfo permanente del contrafuero siempre que sea bajo paraguas oficial contra quien le pese o dañe, pensando en la falta de respuesta a la queja, el silenciamiento de quien se oponga y denuncie, el silencio cómplice de todos, por adhesión incondicional ciega de fervor o por pagado u olvidadizo, con la ayuda del tiempo que entierra un escándalo con otro siguiéndole, impunidad con prescripción, daño con indemnización, error con olvido, frente común de afectados por la reparación de un desafuero con el descrédito difamador del solitario individuo que planta cara luchando por su fuero vulnerado.
 
No hace mucho, afeándole a un político su falta de respuesta a una queja vecinal sobre el ruido nocturno de bailes hasta el amanecer que lesiona su derecho a vivir como morada en sus propias viviendas, acabó diciéndome algo así ¿con que te conformarías que se hiciera al respecto? Inútil era seguir explicando que es el fuero y no el huevo de una supuesta mayoría -que no lo es tanto- lo que debe prevalecer y aplicarse. Decidí dejar de intentar convencer a quien no quiere entender. No hablaré más de huevos ni de cabezas, ni siquiera de la inevitable mierda del palo de un gallinero sino de corral sin gallos, gallos desplumados o pollos sin cabeza, gallinas desplumadas o gallineros hacinados y ruidosos con la luz encendida o apagada para engañar el día con la noche, ni del difícil oficio de sexador de pollos... por no decir ni pio haré un exilio personal de Piolín desengañado y viejo, sin plumas, aburrido y encerrado en su jaula descorazonado por la falta en su vida del desaparecido equilibrio de su anterior vida entre el gato Silvestre y la abuelita que lo cuidaba. 
 

miércoles, 1 de mayo de 2013

erre que erre, arre que arre


Despotismo sin lustre ni ilustración.-
   En el siglo XVIII se acuñó la frase tópica literaria de Todo para el pueblo pero sin el pueblo como definición del periodo llamado Despotismo Ilustrado que, básicamente, consiste en que los gobernantes acometían paternalistamente grandes reformas beneficiosas para sus gobernados, pero sin contar con ellos para nada.
   Aquello acabó con la guillotina como colofón final, pues las reformas a veces no bastan para colmar las necesidades ni siempre son bien comprendidas por sus destinatarios o posibles beneficiarios. Con la Revolución francesa se quiere invertir el sistema político y social anterior y se inventa una nueva frase Todo para el pueblo y por el pueblo que como toda frase tópica degenera en cliché y frase manida de uso trivial, en vacío de contenido retorico para comodín de grandes peroratas.
    Con el apellido Pueblo-Popular se han creado dictaduras o burocracias democráticas con el mismo desparpajo que las personales. Solo cambia que el dictador es un mandamás personalista o lo es el secretariado de un partido.
  Pero algo hay como declaración de intenciones al menos. Aunque este asunto de Pueblo ha dado voces como populismo, popular, populachero, que ya hemos dicho, metidas por apellido a lo de democracia no suele quedar muy bien parado el sistema que definen.
 Aun cuando como definición de la democracia se queda desde Lincoln en  eso de Gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo. Tengo para mí que en el presente esto de del, por y para, el pueblo degenera en un solo adverbio que es contra el pueblo pues tal parece ser contra el pueblo que se legisla y adopta toda una serie de decisiones, siempre dolorosas nunca gozosas, en donde hemos pasado de súbditos a ciudadanos y de estos a individuos contribuyentes y sujetos pasivos.
   Contra digo, porque últimamente no hay disposición oficial que no sea metomentodo con el individuo, coercitiva, restrictiva, sancionadora, en aumento de carga u obligación  personal, onerosa en tributo o tasa de pago-copago o repago, y de beneficio ajeno a muy largo plazo y de corto alcance, si es que se le puede llamar beneficioso a nada de lo que se dispone desde arriba.
    Oír a algunos jóvenes que se postulan como relevo de futuro al hablar de política actual, indignados pero desviados solo a poner en tela de juicio el presente, con  sus propuestas de derribo y destrucción poniendo la vista no al futuro sino anclada en ideologías del siglo anterior con sus ideas y ensoñaciones laudatorias de tiempos pasados, es como oír las batallitas del abuelo sin el morbo de pensar que más que mentir exageraba y había algo más de lo que contaba que no le interesaba relatar. Al menos el abuelo si vivió en el pasado y estos mozalbetes afrontan futuro con recetas ya agotadas solo por su idealización. Falta madurez personal y sobran experimentos ya pasados. 
  Falta tiempo y sobra vida para que nos la irriten los demás.- Yo estoy harto de ver como le llaman debate a charlotear sobre cualquier anécdota y enfrascarse en puro cotilleo zascandil con argumentos más de fullería que de raciocinio o reflexión. Es de lamento que pasen los problemas sin que nadie plantee soluciones y sin que nadie acierte siquiera a diagnosticar causas ni atisbar siquiera paliativos a los efectos perversos de cualquier medida. No hay una sola medida que sea resolutiva en erradicación del problema y que no vaya a remolque de quedar como la conseja de al burro muerto cebada al rabo porque a la boca ya le es alimento inútil.
   La vida nos va pasando y vamos viendo como nos llega el final, por separado y de uno en uno,  bajo amenaza de cáncer, Alzheimer, Parkinson, pérdida de capacidad física y mental además de económica, sin que nadie asuma por los demás nada útil ni práctico fuera de teorizar y pontificar sobre lo divino e ideológico.
   Todo tópico político y la banal noticia en actualidad efímera de titulares del día y cuestión de telediario, deja de tener sentido cuando le llega a uno la hora de atenderse a su propia salud y encarar la calidad personal de vida como lo único que le interesa en su propia cuenta-atrás vital.
Sugerencias a la Autoridad pertinente.-  Sin mala intención quiero ilustrar a la clase política local de todo signo, funcionarios y asociaciones cívicas de todo tipo y condición, que sus iniciativas no tienen por qué suponer un incordio en mortificación vecinal.
La calle es de todos pero especialmente de los vecinos que residen en ella. Las calles son las venas y arterias de una población por donde discurre su vida, su relación social y humana, el comercio y las personas, que viven el día a día yendo a trabajar, entrando y saliendo de sus domicilios por una calle y pagando impuestos por vado, circulación e IBI sin descontarles  días del año por no estar vigente su derecho en algunos días.
La calle no es la finca municipal donde un concejal puede autorizar a cualquiera el montar cualquier paraeta o tinglado, cerrar espacios públicos por horas o días, acotar, vallar, prohibir, limitar paso y tránsito vecinal porque así conviene al servicio de obras o colocar megafonía, luces, paellas gigantes y churrerías, barbacoas o fritangas al aire libre, bajo cualquier ventana agrediendo la vida familiar de u domicilio. 
   Tampoco es para montar títeres y cucamonas o parques de niños fuera de las plazas por entretenerles las vacaciones, colocar mercadillos o rastros y rastrillos como añadido festero suplementando o suplantando al semanal de los jueves o simplemente para tener la plantilla colocando señales y vallas, cargando y descargando tinglados y/o perseguir y multar o secuestrar vehículos, convirtiendo el aparcamiento en ilegal temporalmente ya sea por una procesión, una traca corrida o para estacionar en reservado coches oficiales en determinado acto oficial –mucho menos para un efímero acto eventual de promoción o de glamour local- porque la calle es para uso del vecindario y no para las ocurrencias municipales ni para entretener a ociosos y transeúntes en su tiempo libre;  Ni siquiera es entendible su alquiler municipal para favorecer el negocio hostelero de nadie en esas terrazas entre coches aparcados sobre el asfalto, que usan por falta de acera para ponerlas.
   Saturar el calendario de cosas y casetas en evento colectivo local no tiene otro  efecto que impedir a los vecinos su vida normal y gibarles descanso sin tregua hasta en sus días libres. No se puede bloquear una población con calles peatonales vetadas y las otras acotadas por semanas, entre montar y desmontar,  justo cuando se supone va a incrementar su población y se va a necesitar el callejero simplemente para vivir y deambular y no se dinamiza nada hablándonos de miles de asistentes que no pueden visitar eventos aparcando en lejanos parajes del lugar, etc. etc.
   La simple aglomeración de personas no es índice de éxito
ni participación vecinal ni de nada que se quiera vender como de interés comunal. Hay negocios perjudicados por ser zona de eventos municipales en puentes y festivos sin interrupción.
Ya se que lo sabéis pero parece que no lo tenéis en cuenta sin entender que algunos adultos percibimos el mundo
como superado el patio del colegio y el juego de "a tapar la calle, que no pase nadie..."
Se puede mejorar todo
con tal de pensar en todo y en todos, no solo es cuestión de dinero sino de saber hacer bien las cosas con el menor esfuerzo, mínima molestia e ínfimo dispendio.