sábado, 20 de febrero de 2016

Metidos en Jardines y Carajales

   
Es mucho suponer que un peón de obra que tiene destreza con la hormigonera se recicle como buen panadero amasando con la panificadora y no digamos como pastelero artesanal de obrador, porque aunque todo se aprende el buen oficio se adquiere con la maestría de quien se dedica a ello. Un jornalero de campo o bracero agrícola no presupone estar ante un agricultor experimentado y un labrador (de secano o regadío) no tiene porque ser un avezado jardinero por muy especializado en vivero que sea, de la misma manera que a un vendedor de floristería (ramos y macetas) tampoco es obligado darlo por entendido botánico y reputado curandero de yerbas.
 
No, no basta con leer algún libro de jardinería para saber del asunto y meterse en dibujos ajardinados bajo diseño estilista de alto copete y postín pero… sí, si hay que tener alguna idea clara sobre el ornato vegetal y el uso social de los espacios verdes para los habitantes, sin poner en rivalidad y conflicto las farolas con los arboles, los macetones con los vados y las señales con las aceras y viandantes. Y no hablo de la función sombra y microclima, porque las podas son tan de recluta cuartelero que para cuando llega el estío los gordos y calvos apenas nos guarecemos del sol ni resguardándonos en parapeto de perfil con la silueta del tronco al otro lado de la solana directa. 
Somos paradigma de lo que no hay que hacer para gozar de zonas ajardinadas en una vecindad.-
Por ahí hay olivos de tamaño normal con peluquería bonsái o ensaimada y arboles llamados Plátanos de sombra de natural frondoso (no confundir con el banano-plátano de postre) que se les da tratamiento de emparrado tullido mono-pie quebrado que bien parecen los palos de un sombrajo sin tapa o cubierta y de los que cabe sospechar algún tipo de enanismo provocado.
   En esta Aldea mía de tan frustrante jardinería - que acaba de presupuestar 4 millones € solo para Conservación, Limpieza y Mantenimiento de Zonas ajardinadas-desconozco quien se encarga de Parques y Jardines aunque me recelo que el tema anda desperdigado entre la Brigadilla de Obras y Servicios &Urbanismo (con sus zonas verdes y sus galimatías numéricos de volumetría-edificabilidad- metro techo y demás milongas seudocientíficas de esa cábala especuladora que intitulan Desarrollo de Suelo-Ordenamiento-Vertebración territorial y Paisaje); supongo que aparte hay una “externalización” del servicio vía contrata con los subarriendos y detalles que procedan y que ignoro, además de preferir no profundizar en ello.   Ya es chocante el book de fotos publirreportaje de los concejales asistiendo a la poda de palmeras, postulándose con tal chuminada los políticos cual si realizaran sobrehumano logro y evento digno de condecoración, y recuerdo con pasmo la genialidad de sembrarlas en la mediana de una avenida sin darse de cuenta de los efectos de zapa de las raíces y su riego sobre el cableado subterráneo de las farolas de esa misma mediana. 

Como cabe suponer, 4 millones es un pastón de vegetales como para repartirnos postre gratuito al vecindario si fueran comestibles. Nadie se pregunta nada y solo alguna ceja se levanta sugiriendo como ingenua rogativa que “a ver si contratan a la gente del pueblo” que es como el asunto de los “huertos urbanos”. O sea, tener más fe en la providencia de la suerte que en el afán del propio esfuerzo. Siempre andamos en carajales irredentos como el empeño de poner césped sobre un territorio de tanta penuria hídrica con la sempiterna carencia de lluvia que nos distingue.
Chapoteamos siempre en el mismo charco del inoperante vanidoso que se tiene por más de lo que es y abarca lo que desconoce, fiado en que solo es cuestión de insuflar dinero para obtener un buen resultado.- 
 Apenas hay árboles centenarios por ninguna parte, los que hay son reliquias de particulares chalets devenidos en solares  abandonados o algún esperpento indultado de la tala por capricho del destino, no hay alamedas ni paseos con más verde que los arbustos de macetón, explanadas asfaltadas con carpas  de lona y tenderetes de cañizo...y sí en algún punto tras diez años de poner arboles, su porte apenas supera el de un palo espigado en plan jalón de secano es porque realmente no se han plantado árboles para enraizar y crecer sino que se han enterrado macetones a ras de suelo; los parques que se han consolidado se cuentan con una mano por más que alguno -uno- tenga prestancia de luxe y otro es de imposible uso y/o acceso peatonal por quedar tan bloqueado como una rotonda entre dos carreteras.  
Total: que si para mantener lo escaso que tenemos se precisa ese dineral ¿Qué pastizal o que profesional precisamos para mantener abierto el callejero?  


sábado, 13 de febrero de 2016

Gobernanza de Aldea: el antes y el ahora

EL ANTES.- 
EL TOSALET DE LES FORQUES.- Pocos, por no decir nadie o casi ninguno, saben o conocen que hay una montañita por Oropesa que se llama de las Horcas (tossalet de les forques). Menos aun podrían situarla dentro de la Urbanización El Balcó que es donde se encuentra. Sí, en efecto, el nombre proviene porque había allí colocadas unas horcas o patíbulo aunque nada se sabe de haber habido nunca algún colgado, ni suicida ni ajusticiado, por mucho morbo que nos despierte el asunto. Para entender la causa de tan tétrico decorado hay que remontarse a la Edad Media y recordar frases como esa de “Señor de Horca y Cuchillo” que no significa exactamente eso de que mandaba un tipo sanguinario y déspota con poder abusivo sobre vidas y haciendas sino que bajo época feudal y hasta el final del Antiguo Régimen (no penséis en otra cosa más que en los tiempos de un sistema de cosas que acaban con la Revolución francesa) y antes de que diera paso al XIX con sus códigos penales y la actual organización de la Justicia como un monopolio del Estado pues las cosas rulaban de otra manera. Un Señor de territorio podía tener como atributo el ”mero et mixto imperio” que es capacidad delegada para poder ejercer jurisdicción de justicia dentro de su territorio; “mero” para crímenes que supusieran pena de muerte y “mixto”  para juzgar otras cosas menores pero también poder para ejecutar las sentencias.
 Las horcas en las afueras del poblado y visibles desde la carretera señalaban al viajero que entraba en territorio donde el Señorío podía juzgarle, condenarle y ejecutarle, dado que los Señores tomaban posesión de sus dominios: lugar-términos y habitantes-  con la jurisdicción civil y criminal, alto a bajo, mero y mixto imperio, suprema y absoluta potestad, con todos los derechos dominicales”. O sea que la horcas aunque de adorno y de aviso podían ser utilizadas bajo sentencia judicial del Barón de Oropesa.
Un ejemplo de esta potestad lo tenemos en 1584 cuando Jaume Porcar detiene, encarcela e interroga a un pescador dando cuenta de lo investigado al Barón D. Pedro de Cervellón (véase Sucedió en Oropesa I pág.56). Este, se asesora por un jurista a la vista de  las averiguaciones y testimonios realizadas por éste sobre el furt de dos cabrits (hurto de dos cabritos) en Oropesa del que se acusa a Agostí de la Serra, pescador natural del regne de aragó de la ciutat de saragossa avehinat en la ciutat de Valencia  y de present en la baronia de Orpessa ,criat de Johan de Rany patró y pescador de la dita ciutat de Valencia.
Y el Barón D. Pedro, siguiendo la recomendación del jurista impone pena de destierro que para poder castigar ese delinquente es la pena de fuero que es açotes y de fierro y pagar a ca parte el valor de los cabritos conforme el fuero es necessario que se que se pruebe que esse hombre es sospechoso e infamado de (ilegible) y constando esto se podrá obligar como se ha dicho arriba, y no provandose porque estas penas criminales no se puede dar sino haviendose provado claramente el delito bastara desterralle de la baronía con pena de tres años de galeras en caso de contravención y también hay otro camino para corroborar lo privado y es que prendan a Pedro compañero de Agostin de la Serra del qual Pedro dize el delinquente que en días pasados truxo hun cabrito y él y los otros comieron del y podrá ser que el dicho Pedro descubra más claramente el hurto”

Hoy no quedan horcas y el nombre apenas se recuerda y aunque en a finales del XVIII se le llamará La Orca, en 1945 el nombre todavía existía.

EL AHORA.- Estamos apañaos con las concejalías de esta mi aldea. Al desnortado de Fiestas y botellones, empeñado en convertirnos todo el año en Carnaval con fiestas bajo la lona (no, no he escrito luna) a base de saraos de carpa  se nos suma el intitulado de la Juventud, que es competencia y/o tarea muy municipal a falta de una futura Concejalía geriátrica, a la que en consistorio anterior se sumaba la cartera de… ¡Nuevas Tecnologías! Que manda güevos con el titulo y la pretensión política de inmiscuirse entre gente joven, que vive en un mundo de obsolescencia programada y compra compulsiva de lo que sea de última generación aunque no lo necesite, siendo  que la gente apenas distingue un destornillador (en su matiz herramienta o combinado alcohólico) de un gin-tonic y ya nadie recuerda ni cree en aquel MacGyber que con un alambre y una navaja suiza era capaz de reparar un satélite en marcha.  Para el 20 de febrero, el tal de Juventud, me organiza un Carnaval con pasacalle disfrazado y disco móvil final; siendo que los carnavales ya han pasado en todas partes por ese tope del miércoles de ceniza como fecha límite pero les importa una m,,, con tal de xoder al personal cuando les peta. Estamos en una aldea que como toda formación profesional coloca pasquines por los escaparates anunciándose cursos de manipulador de alimentos y… Superior de Cajero (no de banco sino de tienda, por más que ahora las maquinas registradoras ya te marcan hasta el dinero a devolver cuando se paga con un billete más alto que la compra) todo un promisorio repertorio de oferta laboral futurible y disponible para esos jóvenes cuyo paso escolar no les sirve siquiera como base académica para acceder a simples puestos de peón laboral pero parece que a base de actividades juveniles noctívagas los ediles creen más en aquello del cínico futuro profesional ansiado: “vivir de los padres hasta que tus propios hijos puedan mantenerte”
Recuerdo el anuncio del niño entusiasmado porque le han regalado un palo para jugar…o quizás se alegre para usarlo “encorriendo” en plan tío de la vara a toda esta panda de ocurrentes concejales incapaces de darle esperanza de futuro a nada ni a nadie más allá de facilitar el refocile pueril a cuenta de lo comunal.

jueves, 4 de febrero de 2016

zapatiesta en zarabanda de fiesta

Bobeo bovina.- En cierta ocasión, no ha mucho tiempo atrás, una anciana de Oropesa –mi madre- quiso subirse al trenecito turístico para entender donde estaba el atractivo del recorrido y el singular encanto del viajecito, si lo hubiere, toda vez que el pasaje parecía gozarla como si volviera a la infancia en ese carruaje con vagones de intemperie medio al aire libre (los que hicieron la guerra decían que en el frente no tenían ni intemperie para resguardarse) pues no consta disponer de otra climatización que la ausencia de ventanillas tapa brisa.
Por si no lo saben el tal llamado tren turístico es algo así como el tren de la bruja sin raíles, rodando con vocación de bus urbano, circulando a su bola y tocando la campanilla para que se aparte el peatón a su paso. Iniciaba recorrido ese tren allá en los confines del término municipal donde hay una “ciudad de vacaciones”, eufemismo en titulo urbano que se integra como separado barrio extrarradio en un pequeño pueblo que se ve a lo lejos y campo a través. La vieja orpesina alucinó cuando subió una pasajera que al ver el monísimo pueblo a lo lejos le preguntó a su acompañante ¿cómo se llama ese pueblo que se ve allí? Es sabida la desorientación espacial  de muchos que se extravían hasta cuando buscan la salida de su alcoba o el urinario del local pero resultaba chistosamente grotesco que la pasajera ignorara el nombre de la propia localidad donde vacacionaba y no fuera capaz de situarse.
    
Lo dramático es cuando la mayor parte del censo vecinal anda perdida en materia de saber y reconocer los nombres de las zonas de su territorio municipal y es que no hay peor ceguera que la miopía mental o la miopía intelectual de quien no sabe ni quiere saber donde está.











 Caos en cacao urbano.-
Tengo para mí y así lo sostengo afirmándolo como axioma (verdad evidente que no necesita demostrarse)  que todo asunto caído bajo las garras políticas de nuestros gestores acaba siendo materia-tema-embrollo- barullo lioso o “empastre”…cagado y, por ello, cualquier cosa que se toca acaba dándonos más gasto y problema que satisfacción.  En esta Taifa donde se ubica mi Aldea se liaron con eso de “poner en valor” “optimizar” “potenciar” “dinamizar” como objetivos colectivos para la sociedad civil metiéndose todas las localidades en una zarabanda de festejos y eventos que nos convierten todo el año en un grotesco carnaval. Nimiedades y ocurrencias de poco caletre y sustancia como logotipos o eslóganes chorras como eso de la Marca-paraguas, bobadas voluntaristas en plan de placebo tipo declaración de interés (turístico, provincial, bien de la humanidad) o esa puerilidad llamada bandera de calidad;  como tantos otros inventos llamados eventos, que son incordios con mucho viento y poco aliento, solo para rellenar el calendario como zanahoria ilusionante del burro para que siga tirando p’adelante. Cualquier simpleza se quiere elevar a tipismo en sublime reclamo atrayente con tal de seducir turistas que esquilmar, ya sea usando referente por las famosas empanadillas de Encarna, els pastissets (tortas de alma) de la tía Romualda o excentricidades de baratillo trashumante como poner mercadillos navideños en puente de la Inmaculada o medievales por el puente 2 de mayo madrileño cuando no en asunto deportivo se monta la intemerata del caos colapsando calles y dinamitando la vida ciudadana a base de vallas y guardias prohibiendo el paso y dejando libre la calle a todo forastero que venga al evento .
 Cada evento supone un despejar de calles prohibiendo aparcar o estacionar con exasperante antelación y duración. Algún millar de vehículos se ve buscando imposible acomodo entre prohibiciones y zona peatonalizada para despejar el callejero en penoso desalojo. Una vez colapsadas las calles me consta el calvario de quien deseando acceder a su domicilio se ve impelido por los agentes con un rosario de circule-no se puede pasar- no se pare- siga- por ahí no y otras amables indicaciones que le llevan a las antípodas locales en remoto paraje descampado en zona perdida o barrio de casa dios de la frontera para iniciar un paseo a pie hasta casa (que era donde quería llegar). Desproporcionado guirigay de desordenes caóticos que en retorno económico para la población apenas sirven para que algún kiosco venda dos paquetes de pipas o entren en el bar dos despistados a mear y tomar café. Sigamos atormentando al vecindario ( ahora vuelven vallas por carnaval, mañana como pasó en San Antonio por un castillo hinchable para revuelco de niños se tiran las terrazas de bares al asfalto y los coches al laberinto del rodeo imposible) Lo dicho por un conocido mío que afirma no haber más tontos por falta de entrenamiento. 
Tapiar la ciudad es lo único que se logra porque ¿ a quien se le ocrre que es una fiesta armar la zapatiesta de una contrarreloj ciclista por las calles donde se vive?