En 1973, por aquello de la llamada crisis del petróleo,
andaba yo en un internado donde estudiábamos con gabardina u abrigo puesto ya
que no había calefacción encendida por orden superior, que así acataba las
reglas gubernativas de austeridad.
Tiempos de televisión en blanco y negro con sus campañas de
concienciación colectiva: Ponte
el casco (por
lo del accidente laboral que no el de Tráfico que vendrá años después), Piense en los demás; Si usted puede pagarlo, España no puede,
etc. Lo repugnante era salir de paseo por la ciudad y quedarte cara de panoli
al ver que España según parece si podía gastar sin freno pues todos los escaparates y calles de la Sociedad Civil, andaban a
desorbitado y pleno consumo barroco de luz
eléctrica, por lo que uno se sentía el más gilipolla de España pasando
ridículamente frio por ahorrarle al Estado no se sabe cuánto gasto en divisas
petroleras con un sacrificio tan solitario.
Hoy se puede decir que 40 años después de los anteriores 40 años, seguimos en genialidades gubernamentales de
ahorro y austeridad que solo afectan a los que seguimos siendo gilipollas y es
que ya no estamos al borde del ridículo, sino sobrepasados largamente de ello, por esas jaimitadas
que van desde aquello de ir sin corbata al Congreso por ahorrar refrigeración
de aire acondicionado, regalar bombillas de bajo consumo por correo mientras se subvenciona energia solar que cobraba por funcionar de noche y/o cambiar límites de
velocidad en carreteras pegando pegatinas en las señales para volverlos a poner
después al mismo número, por no seguir en este nuestro colectivo trastorno histriónico de la personalidad a lo que se dice que ocurre de ir al colegio con el
papel higiénico de casa, lo de la comida casera del niño pagando tasa por consumirla en comedor colegial en eso tan bufo de pagar tasas ¿disuasorias? (quien
carajo les habrá dicho que cobrar preventivamente una calderilla por algo en sobrecargo de precio disuade
de nada a nadie) y tantas cosas llamadas Medidas y Planes, que se reducen a apretar tuercas sin
ton ni son, pero solo a nosotros que somos el manoseado culo de la botella nacional. Lo de las Taifas es para pegarnos pescozones por verlo, contarlo y consentirlo sin emplumar ni embrear a nadie en la Plaza Pública.
Más digno de Kalikatres sapientísimo (filosofo humorista de La vieja revista más audaz para el lector más inteligente, que se llamaba La Codorniz publicada desde 1941 a 1978) fue Aquello del estatal Plan E (Estimulo de la Economía y el Empleo); solo en 2009 fueron 8.000 millones €, con sus carteles de formato obligatorio (sobre 1.000 € cada uno) acompañando las obras municipales propuestas. Después, el gasto siguió en forma de II Plan E y yo ya no se por donde acabó el derrame de dinero porque es difícil saberlo, aunque el Tribunal de Cuentas juzgaba duramente sus efectos.
Su resultado fue de antología del disparate en cuanto a eso del empleo y todo lo que dice su rimbombante nombre, hay por internet fotos de carteles con las obras propuestas por algunos ayuntamientos que causan sonrojo o rechifla.
La Autono-nuestra, en plan Profesor Franz de Copenhague en sus inventos del TBO, se inventó el Plan Confianza (de Inversión Productiva en Municipios ¡…!) inyección dineraria también con sus vallas publicitarias, que era lo mismo de lo mismo, para el mismo resultado pero pensado por otro partido político gobernante, en bobo contraprograma de unos contra otros que es lo único que saben hacerse bien y que, por lo que parece ser, que aún colea en lo de facturas pendientes por lo que no ahondaremos la herida del coste total porque a estas alturas lo que queda es el agujero bajo nuestros pies y el nubarrón sobre la cabeza con el amenazante rayo que nos va a partir merecidamente.
Yo recuerdo ver en Oropesa el sainete politico nacional con lo de inaugurar solemnemente alguna obra –como les gusta esa memez fotogénica de cortar una cinta que es foto casi tan mema como lo de llevar casco de albañil trajeado de corbata- y aparecer autoridades de un bando o de otro, pero ni juntos ni revueltos, según de quien fuera el Plan.
Ambos Planes, hoy olvidados, nos hundieron en deuda insostenible y… ¿Alguien recuerda o puede nombrar alguna obra ejecutada en su localidad? ¿Se sabe de la utilidad o aprovechamiento actual de aquellas obras?
Repugna
hoy el inútil y estéril trasiego de dinero, manipulado burocrática y democráticamente por mil manos y gestores so pretexto de ayudar al paro,
cuando se habla de muchas cosas en desvío, ocurridas por todas partes, y el pensar en la
dinámica de adjudicaciones, sobreprecios posteriores, obras insustanciales o sin sentido, créditos y pagos
o no-pagos a proveedores (cajón de facturas pendientes), influencia o incidencia en las listas de paro locales y tanta palabra
vertida como dinero escanciado en inciensos y vallas. Todo es sombra de duda que nos lleva a intuir
una colosal orgía de gasto sin control. Solo quien no
quiera verlo negará la inmensa trapacería de gestión política – quizá no siempre
dolosa sino puramente incompetente,vamos a dejarlo así sin pensar
mal- en que se ha movido lo oficial a todo nivel en estos años. Lo triste es que tal derroche no tendrá
siquiera los palmetazos de castigo de un guiñol que a los niños les lleva a creer eso tan manido de No hay crimen sin castigo, ni las genialidades cesaran de
surgir impunes, pues no se les ve ni escarmentadas ni corregidas.
Para entender mejor lo gastado en todos estos planes de
empleo y lo que han durado sus efectos, pensemos que 1 millón de euros supone
el sueldo anual de 110 personas a salario mínimo interprofesional 2013, que es
de 9034,20 €, por lo que el rollo de las vallas con 9 de ellas sería un sueldo
anual para 1 persona; así que imagínese cuando hoy por todas partes se habla de
miles de millones de euros, esos supuestos 8.000.000.000 € de aquel primer Plan
E supondrían pagar SMI durante un año a…885.523 personas. Ya sé que no funciona
así la cosa pero valga como reflexión de que parece salir más a cuenta repartir
dinero que dejarles a las Administraciones el gestionar la creación de trabajo porque ¿cómo decirlo? parece lo de aquel gafe que todo lo que tocaba se convertía en...eso.
No canso más porque duele
profundamente que no aparezca indicio de eficacia por ninguna parte ni medida
previsible que no pase por mortificar al personal. Ya saben: Las mujeres y niños a los botes si hay sitio despues del capitán y los marineros, el resto a rezar si quieren salvarse (en la otra vida)